La vida humana implica experiencias de todo tipo. Pero si hay una actitud que ayuda a fluir por ella sin trabas es amar y aceptar todo aquello que aprendemos.
Cuando una enfermedad es grave y amenaza la existencia, nos pone cara a cara con nosotros mismos. Y aunque el primer sentimiento puede ser de rabia y de injusticia y nos preguntemos por que nos ha tocado lidiar con eso, no es aconsejable perder demasiado tiempo y energia en el proceso.
Cuando al Dalai Lama le preguntan como hace para no estar enfadado con china, suele responder que ese país ha hecho tanto daño a su pueblo, que no está dispuesto encima, a regalarles su rabia todo el tiempo.
Todos tenemos heridas y hemos atravesado experiencias dolorosas. Ante ellas podemos o bien quedarnos anclados en el sufrimiento o bien abrazar esas vivencias aceptándolas, lo que no quiere decir resignandose.
La vida es una dialéctica constante entre nuestros deseos y la realidad. Y ente diálogo tenemos que aprender a invertir en nuestros deseos , pero también a sintonizar con aquello que la realidad plantea, aunque sea distinto a lo que queremos.
Si siempre estamos abrazando experiencias positivas, nos faltara una parte de la realidad, no estaremos viviendo la vida plenamente. Tambien hay que saber perder, afrontar la contrariedad, lo doloroso, la muerte... El dolor forma parte de la vida, pero el dolor no es inevitable. Le podemos hacer frente no agarrandonos con tozudez a nuestros deseos y miedos.
Se dice , que las personas mas bellas son las que han conocido la derrota, el sufrimiento, conocido la lucha, la pérdida y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que las llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa.
Aprende a vivir cada momento que se te presenta, sea agradable o desagradable. Seguramente que de cada uno aprenderas algo.
APRENDE A VIVIR AMANDO Y A AMAR VIVIENDO.